Vida Fanzinerosa: «Jamás he sido amigo de Wilbert Gallegos», Entrevista a Luis Saavedra, por Jean Fournil

Ya había tenido un encuentro anterior con Luis Saavedra, de su etapa en Leeds, Inglaterra. Lamentablemente aquella entrevista no fue publicada, así que se me dio una segunda oportunidad. Llego al departamento de Luis Saavedra, cerca de una imponente templo católico. Me recibe cariñosamente, no ha visto a otro ser humano desde que se confinó por la pandemia, a principios de marzo. Subimos a su piso y entro a un lugar luminoso y agradable. Hoy es invierno y el cielo está amenazante, pero aún así, el espacio a su alrededor vibra de buenas vibras. Luis Saavedra es una comisión que acepté por amistad a Andrea Prado, la editora de El Continuo Cronn, el blog de ALCiFF. Estoy aquí para hablar de su trabajo como escritor y la inminente publicación de su antología de relatos Lentos animales interestelares.

JF: Usted tiene una larga relación con el ambiente de la literatura fantástica chilena, ¿se considera uno de sus fundadores?

LS: Hola, muchas gracias por la entrevista. También agradecer a El Continuo Cronn por la oportunidad.

JF: Por favor, responda.

LS: Sí, de inmediato. Sí, me considero una persona que hizo mucho por el fándom en Chile, que es como se dice al ambiente. Durante más de 30 años he estado dando vueltas en esto del fantástico y he visto momentos únicos, he visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser.

JF: ¿Y ahora es escritor? ¿Cómo sucedió esta metamorfosis?

LS: Bueno, parece forzada, pero no lo es. Yo empecé en el fantástico porque no había mucho entonces, hablo de fines de los años 1980s. Nos asociamos con otros en mi misma parada para generar instancias de participación y visibilización del género. Pero me quedé allí mucho tiempo, olvidándome que mi primer amor era escribir. Ahora es el tiempo de mi venganza.

JF: ¿Qué?

LS: ¿Qué de qué?

JF: Ya veo. Entonces usted realmente desea ser escritor, ¿cuál es su última obra?

LS: Bueno yo no tengo obra publicada, digo, en donde solo yo aparezca. Porque ya he publicado en conjunto con otros escritores en antologías de relatos y también formo parte del Grupo Poliedro, destinado a la difusión del género fantástico…

JF: Me parece maravilloso todo.

LS: Pero no he terminado, estaba diciendo que…

JF: He leído su libro de cuentos Lentos animales interdimensionales, que me ha parecido padrísimo.

LS: Mmmh. No ha sido publicado aún, ¿cómo pudo leerlo? Recién Cathartes Ediciones lo hará hacia el último tercio del año.

JF: Ese detalle no importa, ¿qué nos puede contar sobre esta soberbia compilación de relatos?

LS: Ok, sí. Es una colección de los relatos que he escrito hasta ahora. Connie Tapia Monroy ha sido la editora y ha hecho un tremendo trabajo confiando en mí y en mi trabajo, realmente le estaré eternamente agradecido por su dedicación y apoyo. Su intuición y disciplina me han ayudado a enfocarme. Espero que la experiencia que hemos diseñado agrade a los lectores de 15 a 99 años.

JF: Excelente, usted es un genio.

LS: Jeje, gracias, pero no creo que lo sea. Yo más bien quiero que mi obra sea publicada.

JF: En muchos de sus relatos, y lo digo porque los he leído con lágrimas en los ojos, expresa un amor por la ciencia ficción.

LS: Sí, cómo no. A pesar que últimamente me he decantado por lo fantástico en general, la ciencia ficción ha sido una constante desde que empecé a leerla, allá cuando tenía como doce años. Me ha acompañado una vida entera y le debo mucho. No es extraño que haya comenzado escribiéndola desde sus tropos más incrustados. Me gusta ese regusto clásico que viene desde las antologías de Editorial Novaro y también de programas de televisión como La dimensión desconocida. Sin embargo, no se puede escribir siempre desde allí y uno debe evolucionar hacia otras formas más personales. Eso es lo que verán, una evolución de mi escritura. Mi paso por otros géneros, los cambios en mi voz de escritor, la forma en que me hago cargo de temáticas. Una cosa que quiero destacar es que mi literatura es profundamente humana, no tanto tecnológica, y definitivamente no verán muchos marcianos, pero… Disculpe, ¿qué hace?, ¿por qué se ha puesto de rodillas?

JF: Por favor, no me haga caso, solo besaré sus pies. Cuéntenos, ¿por qué deberíamos leer su libro?

LS: Es que es tan incómodo. Er, mi libro será publicado por Cathartes Ediciones, eso ya lo dije, que es una editorial de Arica y está haciendo un gran trabajo por la literatura de género en el norte. Además está siempre realizando alianzas con los países limítrofes y… ¿Podemos, digo, podemos dejar esto para otra ocasión?

JF: Cómo usted desee, Dalí de la ciencia ficción.

LS: ¿Qué, a qué vino todo eso?

JF: Por favor, indómito Saavedra, deja que tu público te conozca y te vitorée.

LS: No, mi mujer va a llegar en cualquier momento.

JF: Tu sensual escritura e inteligencia me seducen.

LS: Ya, basta. ¿Quién es usted detrás de esa barba?

JF: ¡Noooo, déjeme!

Forcejeamos, nos revolcamos sobre libros caídos. Aplastamos y resoplamos sobre toneladas de Poliedros sin vender, pero el final es inevitable. Luis Saavedra es atlético y musculoso, y logra arrancarme el postizo.

LS: ¡Yo lo conozco! Esa nariz, esa mandíbula. ¡Usted es yo!

JF: ¡No, ná que ver! Pero puedo explicarlo con una teoría tan sencilla como Dark.

LS: Déjese de aparentar, ridículo, y salga de mi casa ipso facto.

JF: Me voy, sí, pero porque yo quiero. ¡Volveré!

LS: Me quejaré con Andrea, este ha sido un atentado inaudito. Me parece increíble que me hayan contratado a mí mismo para promocionar mi propio libro, que saldrá por Cathartes Ediciones y tendrá más de 200 páginas de ciencia ficción y fantasía de la buena. Qué poco profesional.

JF: Nada, no me arrepiento de nada. Quiero fama y dinero, y sé que este libro me asegurará ambas cosas. Soy pacifista, pero mataré por los quince minutos de gloria que me corresponden.

LS: ¡Pero qué idiotez! Todo el mundo sabe que Warhol dijo que eso nos sucederá a todos, gratis. No es necesario matar a nadie.

JF: ¿Ah, no? Pobre tipo que no me dejaba pasar en la recepción.

Luis Saavedra me cierra la puerta y me dirijo a la estación de metro para regresar a mi hogar. Una patrulla policial me detiene y me pide mi permiso temporal que no tengo; soy un alma libre y no creo en esas cosas. Me preparo para pasar la noche en el calabozo. Soy Jean Fournil para El Continuo Cronn.

Nota de redacción: Luis Saavedra acaba de escribir un furibundo correo electrónico indicando que nunca dijo la frase que titula este reportaje. De hecho, jamás aparece en el texto. Demanda una corrección o iniciará acciones legales, pero sabemos que es un pobre diablo sin dinero ni amigos poderosos, así que sus amenazas se perderán como lágrimas en la lluvia.

Jean Fournil, 2020.
Jean Fournil (Lyon, 1971) escapó del internado muy temprano en la vida. Su idea de la vida era conducir maquinaria pesada o hacerse acróbata. No consiguió nada de eso y fue adoptado por un circo, en el que estuvo veinte años. Aprendió de la vida viajera y el amor pasajero. Llegó a Chile en una gira del circo y se quedó cuando el barco zarpó sin él. Los dueños del circo lo habían abandonado. Sin embargo solo fue un contratiempo e inmediatamente decidió hacerse periodista freelance y ofrecer sus servicios de escritura al peor postor. Hoy ya no sueña con regresar a su Francia natal, sino a ayudar a construir una mejor sociedad acá en Chile. Sigue desempleado.

5 comentarios sobre “Vida Fanzinerosa: «Jamás he sido amigo de Wilbert Gallegos», Entrevista a Luis Saavedra, por Jean Fournil

  1. Conocí a Jean Fournil en mis tiempos de internado. De medicina, eso sí, claro, porque Jean hablaba siempre de su no-sé-cuanto \»internado\» del que habría escapado en Lyon (jamás he oído su francés). Conocí a Jean en la pasada de psiquiatría. Más no puedo decir, si no me demanda, como ha hecho ya con Luis Saavedra y Wilbert Gallegos. Por suerte tenemos a Mario Bustos Ponce, que es algo así como como el Luis Saavedra de la abogacía. El secreto médico, sin embargo, pasa a otras fronteras. En fin, una vez le puso whisky a mi café y aún exijo una explicación.Por otro lado, esta vez del mismo bando, debo decir que también he leído \»Lentos animales interdimensionales\». Una maravilla, realmente. La parte de ciencia ficción, por supuesto. Luis tiene ese tacto para generar ambientes nostálgicos y algodonosos. De escoger tan solo uno de los cuentos, me quedo con \»El noventa y cinco por ciento\», una mezcla entre Clarke, Simak y JK Rowling. Sin duda le ha puesto muchas capas y eso me fascina. Se puede leer a la rápida y cautiva igual; se puede leer de nuevo, y surge alguna novedad; se puede leer noventa y cinco veces, y siempre aflora algún símbolo nuevo. Lo recomiendo, ciertamente. Y, como guinda de todo, ese cuentazo del irlandés abducido que pasa sus días bailando \»Footloose\» para entretener a sus captores tipo-pulpos. Tremenda sátira (?) a la vida moderna. Maestro. Se nota que lee CF chilena y que le gusta: se suma sin duda a este movimiento, tan activo y atractivo en estos días.Un abrazo y muchos saludos a la familia alciffiana y catharteana.Leonardo.

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  2. Increíble entrevista. Esperemos que Jean se mantenga en la línea periodística, porque como no pudo obtener la supremacía en el forcejeo con don Luis, poco podrá hacer en el trabajo de maquinaria pesada…a no ser que tenga un exoesqueleto. Felicitaciones por la entrevista. Me trae recuerdos de un tal Juan Calamares entrevistando a Omar Vega o a Teobaldo Mercado. Muy divertida la entrevista, Jean.

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  3. Jean Fournil siempre me culpó por la exposición en Facebook de Luis Saavedra V. También por decirle que su libro \»Ralentizadas Alimañas Hiperdimensionales\» tenía un nombre similar al que tenía el libro de Lucho. Le dije que ya no tendría tiempo para continuar con su alocado propósito: reescribir cada cuento publicado por Luis, con el única meta de unirlos después y armar su propia antología.Advierto que Fournil si apareció hoy, con un artículo en este blog, es porque quiere ser el nuevo editor de Cronn, destruirla y crear otro blog llamado: \»El Altísimo Gernsback\». Se lo dijo a Pierre Menard y su compatriota, me lo confidenció a mí.Sobresaturará de ruido a cada lector, para estar en sus mentes y vivir. Se los advierto, se los advertí y lo advertiré… aunque él insista en sobreescribirme para tratar de borrar mi advertencia.

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