Cajón Desastre: La Guerra Interior, de Jorge Baradit

Una guerra entre las dos facetas de un escritor.

A fines de la primera década de 2000, se vivía un revival de la ciencia ficción nacional, y el escritor porteño Jorge Baradit se hacía un nombre en las letras nacionales al inventar con Ygdrasil (2005) y Trinidad (2007) nada menos que un subgénero nuevo: el ciberchamanismo, o realismo mágico 2.0.

Se trata de una variante de la ciencia ficción, o más bien fantasía (el mismo Baradit llegó a sostener en una entrevista en La Tercera, en 2008, que no le gustaba la ciencia ficción, por lo reiterativa que solía ser), donde el autor combina una prosa barroca, a ratos gore, con el esoterismo indoamericano y el más decadente ciberpunk gibsoniano. Los protagonistas ya no son científicos, sino machis o cabalistas de la Europa medieval. Y sus instrumentos no son tecnología de punta, sino seres vivos sometidos a sacrificios rituales con antenas de transmisión y microchips en su cuerpo, mediante las cuales se comunican con uno o varios planos astrales. Los diálogos son pocos, y usualmente con personajes indefinidos o sin nombre. Los finales –y también los argumentos– son abiertos y abundan las referencias a la cultura pop y la historia de Chile.

En esa línea es que Baradit, de profesión diseñador gráfico, publicó varios libros de (¿ciencia?) ficción, hasta que desde Penguin Random House tomaron nota de su interés por la historia, y le sugirieron embarcarse en un proyecto que revolucionó las letras nacionales: Historia Secreta de Chile (2015).

Tras el inesperado éxito del libro, el porteño entró en una nueva faceta y se reinventó como divulgador histórico, publicando a la fecha cinco tomos de su saga de historia. Poco quedó del escritor de fantasía, salvo su continuo interés por la historia nacional, la denuncia política, y su pluma altamente emotiva y descriptiva. No obstante, tras publicar Historia secreta de Chile 2, hizo un alto en la saga para retornar a su pasado ciberchamánico con La Guerra Interior.

Publicado en 2017, este era un proyecto que originalmente iba a publicar la independiente editorial Biblioteca de Chilenia, pero entremedio Baradit se convirtió en un rockstar literario, y Penguin Random House se las arregló para quedarse con los derechos de hasta los cuadernos de colegio de Baradit.

Estamos ante un libro donde el nombre del autor está escrito con letras más grandes que el título, a la usanza de best-sellers como Stephen King o Isabel Allende; y el llamativo diseño de portada del ilustrador Claudio Romo (penquista radicado en Europa), complementan un libro donde la edición vale más que el contenido mismo de la publicación.

La guerra interior viene a ser una compilación de algunos de las narraciones más emblemáticas del autor, como el cuento La conquista mágica de América o su novela Lluscuma. De los veintidós relatos, por lo menos la mitad habían sido publicados en otras antologías, como Chile: relación del reino (2010) y Alucinaciones TXT (2007). Algunos son monólogos del tipo corriente de la consciencia de sólo una página, otros son narraciones más definidas de veinticinco páginas.

Aquí vemos varias de las obsesiones del autor florecer y entrecruzarse en un demencial y surrealista universo: la mitología indoamericana, la geografía nacional, el esoterismo nazi –como siempre, la reinterpretación chamánico-mágica que hace de la accidentada geografía chilena tiene claro ecos del nazismo esotérico de Miguel Serrano–, el sexo hardcore, el cyberpunk, los movimientos sociales, la Unidad Popular y la Dictadura, el proyecto Synco, el cabo Valdés, la transición, la precaria memoria histórica, y la infaltable crítica al Estado y el modelo neoliberal. Si la idea era resumir todo el trabajo de Baradit en un solo libro, se logra con creces.

Como el mejor Bombo Fica, el diseñador gráfico ha demostrado una gran habilidad para reciclar su material dignamente sin caer en el pastiche barato. Pero cada vez menos original. Aparte de las antologías antes descritas, en el fanzine Fobos (1998-2004) y en la compilación Cuento chilenos de ciencia ficción (2010), Baradit había publicado cuentos bastante similares a «La conquista mágica de América». Siguiendo siempre la misma fórmula, el mismo estilo, los mismos argumentos. Varios de sus relatos se entrecruzan en un seudouniverso con una mitología común. Y digo “seudo” no porque sea algo malo, sino por la falta de coherencia interna, intrínseca del onírico mundo baraditiano.

A Howard Phillips Lovecraft le funcionó bien trabajar siempre con la misma fórmula, pero su temprana muerte a los cuarenta y siete años le ahorró el problema de tener que reinventarse. Hoy Baradit, de cincuenta años, tiene el desafío de mantenerse vigente. Y como buen publicista, la creatividad y la estrategia no le faltan. Tampoco la Historia (con mayúscula) que contar.

Hay que reconocer, eso sí, una de las grandes metáforas de la prosa de Baradit: Chile como un volcán a punto de explotar. Como una falla geográfica a punto de terremotearse. Como un pueblo descontento y pisoteado por la misma élite de siempre a punto de rebelarse. Un pueblo activo-pasivo, siempre al borde de la revolución, pero disimuladamente. Que se desborda cuando menos lo esperamos. Un país que lucha con sus demonios internos, que pueden ser vampiros, gólems o brujos, o simplemente una añeja aristocracia atrincherada en su torre de privilegios. Esa es la guerra interior de la que nos habla Baradit. Un relato apocalíptico que resultó volverse realidad por estos días, con Chile debatiéndose en una auténtica revolución, con un movimiento social transversal y apolítico, a la par de una ola de violencia y saqueos sin precedentes en la historia nacional.

Una guerra que saltó de las páginas a la realidad. Que ya no hace falta descifrarla en clave metafórica. Tampoco histórica. Basta con prender la tele o el celular para ver su desarrollo en vivo y en directo. Como dijo nuestro colega Luis Saavedra, la fantasía o la ciencia ficción no son escapistas. Se basan en la realidad, y nos hablan de las problemáticas de la contingencia. Y muchas veces son más predictivas de lo que esperábamos.

Jorge Baradit parece haber descubierto la gallina de los huevos de oro dedicándose a la divulgación histórica. Es poco probable que vuelva a cultivar el subgénero que inventó. No tanto por ser muy de nicho, sino porque ya lo estrujó hasta volverse repetitivo. Pero bueno, para contar una historia no hace falta ser original (ninguna historia lo es), sino buen narrador.

Diego Escobedo, 2019.
Periodista, Licenciado en Historia y estudiante de Magíster en Historia. Realizó su práctica de periodismo en The Clinic, y ha colaborado con distintos medios como El Mostrador y Amo Santiago. Como historiador, se ha especializado en historia de Chile y Latinoamérica. 
Desde niño fue un ávido lector de libros de ciencia ficción y fantasía. Entre sus autores de referencia están Isaac AsimovH.P. LovecraftHugo CorreaJorge BaraditFrancisco Ortega y Carlos BassoHa publicado cuentos y artículos de ciencia ficción y fantasía en los sitios Tau ZeroSitio de Ciencia FicciónChilenia: Ucrónicas de la República y Chile del Terror, entre otros. Ha publicado un libro de cuentos titulado Chile Mutante (Biblioteca de Chilenia, 2019), donde cultiva varias de sus obsesiones, entre ellas la historia de Chile, las ucronías, el horror cósmico lovecraftiano y la ciencia ficción dura.

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