Uno de los escritores más grandes de la ciencia ficción moderna es Philip K. Dick. Tal vez a muchos el nombre de este escritor norteamericano no les diga mucho, pero sus influencias en la cultura occidental a estas alturas es incontrovertible; en efecto, el sistema Android, que ocupa la gran mayoría de los smartphones debe su nombre a la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y varias películas se han basado en sus cuentos, como por ejemplo, El vengador del Futuro, Next, o Sentencia Previa.
Philip K. Dick es un autor que se ha distinguido por una visión cyberpunk de sus futuros, con protagonistas muchas veces torpes, de escasa moral, o con un gran género de contradicciones que muchas veces los alejan de los cánones ideales. Asimismo, sus escenarios generalmente nos muestran mundos asolados por guerras, indiferentes, discriminadores, sin valores e intolerantes, que dan un toque pesimista y en donde lo bueno y lo malo se convierten en palabras vacías.
Sin embargo, uno de los elementos más destacables de la prosa de Dick es la versatilidad de su escritura. Quizás por experiencias personales, que lo llevaron a experimentar con drogas, puede hacer saltar a sus personajes desde escenarios reales a otros más oníricos, e incluso derechamente imposibles, sin perder el hilo conductor de lo que está narrando; a veces, sus historias parecen no tener lógica, lo que es su mayor defecto y su mayor virtud simultáneamente, pudiendo construir una historia muy bien fundamentada para destruirla totalmente de una manera tan estrepitosa que enloquece al lector.
Me resulta paradójico que Dick me guste tanto como Asimov. Ello porque Asimov es ordenado, estructurado en plantear un futuro brillante y esplendoroso, basándose en la lógica, personajes «ganadores» que pelean por doctorados en grandes universidades mientras está en entredicho el futuro de la galaxia. En cambio, Dick es más desordenado, sus personajes normalmente son marginados de la sociedad que pelean por seguir atados a sus vicios, y sus grandes enemigos son sus fantasmas internos. En fin, son perspectivas opuestas que se complementan.
Pero, sin más preámbulos, estas son mis novelas imprescindibles de Philip K. Dick:
7. El Hombre en el Castillo (1962): Es una de las novelas más destacadas del autor. Ganadora del premio Hugo en su categoría en 1963. Es una muy bien planteada ucronía que se desarrolla en la costa este de unos Estados Unidos fragmentados después de que el Eje ganara la Segunda Guerra Mundial. A pesa de ser una gran obra, no logra desarrollar todo el potencial del autor, cual es, la superposición de mundos y realidades.
6. Tiempo desarticulado (1959): Ragle Gumm ha ganado ininterrumpidamente un juego que aparece en los diarios del apacible pueblo en donde vive. Un día, tras un trivial incidente con una ampolleta, se da cuenta de que hay algo que «no cuadra»: es el tiempo, y está desarticulado. Pronto tendrá que huir de todo para darse cuenta de la falsedad de su realidad (parece ser que todo es un montaje, aunque nada es seguro) y de la importancia de su existencia en la carrera militar de las potencias en una guerra que involucra a todo el planeta y que él ignoraba por completo.
5. Lotería Solar (1955): Primera novela publicada por este autor. La elección de los gobernantes se efectúa a través de sorteos, pues la forma más óptima de elegir a los gobernantes es a través de la teoría de juegos. El nuevo dirigente (Gran Presentador) tiene un problema: su predecesor quiere matarlo, y en esas circunstancias el homicidio es perfectamente legal. Todo ello trae una serie de persecuciones desde la Tierra a la Luna y un la participación de un implacable androide homicida, en una trama que se vuelve cada vez más confusa e intrigante.
4. Una Mirada en la Oscuridad (1977): El mundo está lleno de drogas que destruyen totalmente la mente; los centros de rehabilitación están por doquier. El protagonista es un policía que se une a una banda de drogadictos para obtener datos de los mayores proveedores de la peligrosa sustancia M; sin embargo, pronto cae en las drogas y su parte racional debe perseguir a su parte adicta, separándose en dos personajes distintos en una especie de bipolaridad. Es una novela triste, que muestra la degradación psiquiátrica, social y personal de unos protagonistas ínfimos, mientras el yo racional del protagonista, persigue a su yo adicto a la sustancia M, en una persecución imposible.
3. Fluyan Mis Lágrimas, dijo el Policía (1974): Novela ganadora del premio John W. Campbell Memorial en 1975, trata sobre una estrella de rock al cual de la noche a la mañana nadie lo recuerda. La novela se sumerge en extrañas divagaciones para distinguir si la vida que recuerda el protagonista es un sueño, su realidad sin identidad lo es, o ambas.
2. Ubik (1969): Nadie sabe qué es Ubik; puede ser un microbio, o todo el universo. El problema es que el protagonista depende de Ubik para «vivir», una vez que sus colegas han muerto en un atentado en contra de la vida de su jefe; pero parece que su jefe no ha muerto y el atentado ha fallado, pero nadie puede asegurarlo…nadie sabe quién está vivo y quién está muerto, y mucho menos, cual es la verdadera realidad (si es que en verdad existe algo real). Es una novela con un argumento muy elaborado, escenarios fantásticos, desdoblamientos de realidades impresionantes y giros en la trama muy bien logrados. Con un final circular, es una de las grandes novelas del autor.
1. Los tres estigmas de Palmer Eldritch (1965): Palmer Eldritch había salido del sistema solar, pero parece que ha regresado. Sin embargo, trae una sustancia alucinógena tan poderosa que dejará obsoletas a las drogas que son el monopolio en los sistemas humanos. Obviamente la gran industria de este monopolio querrá que esta nueva droga no ingrese a su mercado, por lo que le darán dura pelea. Sin embargo, en esa lucha el protagonista se enfrentará cara a cara con esta nueva droga y su poder irresistible, que hace que la realidad siga todo lo que Eldritch quiere, convirtiéndose en un Dios, sin poder discernir el protagonista hasta dónde llega el sueño y dónde empieza la realidad.
Bonus. Desgraciadamente Philip K. Dick ha muerto (1987): Esta novela de Michel Bishop es un homenaje a Dick. Es una ucronía en un mundo en que Richard Nixon sigue siendo presidente de los Estados Unidos, en su cuarto período. Los libros de Philip K. Dick están prohibidos, y el protagonista los consigue de contrabando (algunas son las que ya se han mencionado). La virtud de esta novela es que emula satisfactoriamente el estilo de escritura de Dick, aunque para disfrutarla como es debido, es mejor haber leído las obras más significativas del autor. Si alguna vez llega a sus manos cualquier obra de Philip K. Dick, no la hagan a un lado, pues son cortos, precisos y muy entretenidos. Esta es sólo mi opinión personal, por lo que muchos libros quedaron fuera. En general, ninguno de los libros de este autor deja indiferentes a sus lectores.
Mario Bustos Ponce es abogado de profesión, pero también ha desarrollado una veta literaria, incursionando de lleno en la literatura de ciencia ficción. Permanentemente es invitado a eventos literarios en donde participa la Editorial Puerto de Escape, como también a otras instancias de literatura fantástica, tales como el Primer Encuentro Internacional de Literatura Fantástica y de Ciencia Ficción, el año 2017. El año 2018 publicó, nuevamente con la Editorial Puerto de Escape, su segunda novela de ciencia ficción, Tras los límites del Cosmos, la que mezcla elementos clásicos de la ciencia ficción más dura (como lo es el contacto con seres superiores), con otros de orden psicológico, teológico y fantástico. Actualmente cuenta con un blog personal, en donde publica cuentos, críticas y novedades literarias.