Las investigaciones sobre la literatura fantástica originada en nuestro país nos muestran que solo recién en los últimos 20 años, el estilo literario, que se enmarca en los cánones de contenido de la literatura de Ciencia Ficción, escritos en el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, es valorado y estudiado en profundidad mostrando una riqueza y calidad de temáticas y contenidos muy originales; ejemplos de esta situación son las obras de F. Miralles, B. Tallman, D. Klickmann, L. Orrego Luco y del escritor angolino Julio Assmann, quien, en el año 1927 y utilizando el seudónimo de R.O. Land, publica la novela Tierra Firme (Novela Futurista).
Este título nos indica, qué duda cabe, el objetivo de esta obra, finalidad que se ve claramente cumplida por las palabras que, en el prólogo, el educador Darío Salas (1) suscribe: “Tierra Firme es una novela futurista – la primera en su género, yo creo, en nuestra literatura nacional – donde el autor expone los fundamentos de toda gran civilización, de tal manera que nos da la visión de un futuro Chile, de un Chile nuevo que ostenta la grandiosidad de un cuadro en que la ciencia y las buenas costumbres sirven de reluciente marco a la inteligencia, la actividad y al progreso”; lo que viene a constituir en definitiva el hermoso concierto de un pueblo encuadrado en un país donde la naturaleza ha distribuido con pródiga mano incontables bellezas que se pueden disfrutar sin contrapeso alguno porque no oculta ni reptiles ni insectos ponzoñosos, ni el rugido cavernoso de peligrosas fieras perturba la calma augusta de sus valles, de sus selvas ni de sus poéticas cordilleras”. Su comentario termina al señalar que: “el autor ha vislumbrado la estrecha relación que debe existir entre los habitantes y su país respectivo; es la idea que, ayudado de su vasta experiencia y dilatados conocimientos, trata de exponer en Tierra Firme.
El argumento de la novela se desarrolla en tres fases. En la primera etapa, el autor (la novela esta escrita en primera persona), relata un trágico acontecimiento que le toca vivir en los inicios del siglo XX en Santiago y, como consecuencia del cual, toma la decisión de auto desterrarse en lo mas remoto del territorio nacional. En la segunda parte, describe el viaje al sur austral del país donde describe en forma muy espléndida la realidad geográfica de esa región. Luego, con tenacidad y sacrificio, establece un núcleo de civilización en la región de Magallanes, donde la semilla de la realidad de un nuevo país se va formando en un período que transcurre desde su llegada, el 7 de enero del año 1920 a la fundación de un pequeño puerto en la cercanía de la isla Wellington (2), que bautiza con el nombre de Puerto Urano, hasta su regreso al Chile continental en el año 1960.
La tercera etapa refiere al retorno a la tierra natal donde se dan todas las reformas que él ha pensado para Chile en su auto desarraigo en el austral Puerto Urano.
Hay que destacar las formas como el autor describe, con certeros trazos de un explorador decimonónico (3), la magnificencia de los territorios al sur del golfo de Reloncaví los que recorre en un velero, navegación que lo lleva a la isla Magdalena, el canal de Moraleda y al canal Errázuriz. La travesía continúa rodeando la península de Taitao, el istmo de Ofqui, el cual cruza por tierra con la colaboración de los lugareños. El trayecto final recorre el canal Messier, el estuario del río Baker, bordeando las islas Prat y Serrano, unos kilómetros más allá la majestuosa isla Wellington y en el último tramo enfrenta a la isla que él denomina Huemul (4), donde se instala.
El relato continúa con el desarrollo de un asentamiento que denomina Puerto Urano, luego de los primeros contactos con buques de la Armada de Chile y la llegada de pobladores que ayudan a establecer y expandir el poblado. Es llamativo como el autor plantea, en un contrapunto de realidades, las dificultades que conmocionaban a Chile en esos años: desgobierno, problemas graves en el sector de los trabajadores del país, el militarismo y otros ismos, los que para los lugareños de la isla Huemul eran situaciones inexistentes.
En febrero de 1929, el autor refiere en su relato la fecha del descubrimiento de importantes yacimientos de minerales y depósitos de gas y de petróleo (5) en la isla Huemul que empezaban a colonizar, recursos que le permiten crear en corto plazo un pujante desarrollo industrial y energético. Otro proyecto innovador, para la realidad de esos años es la construcción de un canal, que denomina Taitao y que atravesaría el istmo de Ofqui (6).
En la parte final de la novela-relato, el escritor regresa a Chile continental en un hidroavión y acuatiza en Puerto Montt, donde en su puerto “concesionado” observa cómo se embarca la producción pesquera y la maderera de la explotación de bosques de pino adaptado a la región, sin destruir la flora nativa; además en las instalaciones de grandes astilleros se construyen barcos de todo tipo.
Luego, en su vuelo sobre las ciudades de Osorno, Valdivia y Temuco, describe las siguientes realidades: “Pasamos sobre Osorno, que lucía sus magnificas mansiones; Valdivia su espléndido panorama y sus enormes actividades industriales y Temuco que deja ver sus contornos intensamente cultivados. Con el mejor aprovechamiento de las tierras contiguas a estas grandes ciudades, la oferta y la demanda de productos alimenticios frescos y variados era más equilibrada y por lo mismo los precios convenientes hasta la gente más humilde. Influye en ello también la buena distribución de los cultivos, medidas implantadas por las cooperativas, que ya cuentan hasta con mercados propios (…) En el trayecto nos cruzamos con muchos aeroplanos y algunos dirigibles. Dos llevaban la marca M.C. – Ministerio de Comunicaciones – la vasta rama gobernativa que está a cargo de todos los transportes, correos y telégrafos del país. Hubiera deseado ver el ZEPPELIN Internacional que hace su recorrido entre Osorno y Pernambuco, pero su carrera bisemanal correspondía a ese día.»
Luego continua su viaje hacia el norte utilizando un moderno sistema de transporte el monorriel: “Entre el lago Lanalhue y la costa del mar serpentea el Monorriel Panamericano, la gran empresa que extiende sus actividades desde Alaska hasta Puerto Montt”.
Ya en Santiago, las novedades que se describen son impresionantes y a su vez familiares para nosotros hombres del siglo XXI; como los autos eléctricos Nepos, construidos en Chile por una licencia de la empresa norteamericana Ford, que operan con un acumulador eléctrico inventado y fabricado en acuerdo con Argentina, cuyas características son la de una esponja metálica (batería) que absorbe electricidad y sus aplicaciones están además en la locomoción publica, el alumbrado domiciliario y público y la calefacción; el Monopan sigla del Monorriel Panamericano que recorre toda América; máquinas aseadoras de las calles de Santiago que recogen la basura la que es incinerada para generar electricidad y además obtener cenizas fertilizantes y, el transporte metropolitano (METRO) que con 88 estaciones bajo la ciudad, mueve miles de santiaguinos todos los días.
En lo social, se describe un país donde sus habitantes son solidario y comprometidas con la sociedad donde viven y conviven, labor que está articulada por el Servicio Civil, actividad comunitaria que deben cumplir quienes tienen entre 18 y 25 años durante un año, en forma obligatoria.
Por último, acuña el concepto “vaca vegetal” al hacer la analogía de la importancia de las frutas y hortalizas para la sana alimentación ya que señala: “Sobre el valor alimenticio de la fruta ya no se discute, porque es alimento completo. Esto lo sabe desde el niño por su instinto innato y espontaneo, hasta el fisiólogo por su investigación científica, tardía muchas veces. Cuando las frutas, en sus múltiples buenas combinaciones, forman la base de la alimentación humana, entonces la alimentación que contiene tóxicos no es necesaria y hasta se repudia”.
Muchos temas sobre el futuro Chile desarrolla Julio Assmann a lo largo del desarrollo de su novela como: la preferencia a la educación escolar, el fin de la propiedad privada, “La tierra no debiera ser producto de la especulación como no debe serlo el aire, el agua y la conciencia humana”; además, se valida la creación de una cadena de Parques Nacionales cuyo objetivo es “Proteger y conservar los parajes interesantes y sustraerlos de la explotación mercantil”.
En resumen, Tierra Firme, Novela Futurista fue una propuesta utópica en el principio del siglo XX, pero sin la menor duda lo que se propone, en sus 118 páginas, es la visión de una república moderna donde, la participación, la solidaridad y la búsqueda del bien común, es una realidad.
Ficha Técnica del libro:
Título: TIERRA FIRME (Novela Futurista).
Autor: R.O. Land (Seudónimo de Julio Assmann)
Editorial: Imprenta y librería CISNEROS. Santiago de Chile.
Formato: 195mm de alto por 135 de frente.118 páginas.
Tapa: Blanda.
Año de Edición: 1927
Se puede obtener copia del libro en Memoria Chilena.
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1 Darío Enrique Salas (1881 — 1941) Educador chileno de gran trascendencia por su trabajo en la instalación en Chile de la educación primaria obligatoria y gratuita.
2 La isla Wellington está situada en el océano Pacífico en la región austral de Chile, al sur del golfo de Penas, al comienzo de los canales patagónicos, frente al Campo de Hielo Sur. Forma parte del archipiélago Wellington. Tiene una superficie de 5.566 km², que la convierten en la 3ª isla mayor de Chile.
3 Ver los textos de Federico Philippi.
4 Al seguir la descripción que realiza el autor de su navegación por las rutas antes descritas, se puede identificar como la isla Saumarez.
5 El autor se adelanta en su relato al descubrimiento del primer poso de petróleo del país, en el sector de Springhill, en la isla de Tierra del Fuego, el 29 de diciembre de 1945.
6 A comienzos del siglo XX se planteó la posibilidad de construir un canal a través del istmo de Ofqui para abrir una ruta de navegación más segura y corta para vincular mejor a Magallanes con el territorio metropolitano de Chile, como propuesta de variado beneficio económico, social y político. Controvertida desde un comienzo la iniciativa, el gobierno del presidente Arturo Alessandri decidió llevar a delante su construcción en 1935. Las obras se iniciaron a fines de 1937 y se suspendieron definitivamente en mayo de 1943. Para más antecedentes ver “Apertura del istmo de Ofqui: Historia de una quimera de Mateo Martinic.
Roberto Pliscoff Vásquez nace en Talca, en junio de 1944, es casado y tiene dos hijos, un nieto y una nieta. Por la profesión y actividades de sus padres desde niño estuvo rodeado de un ambiente en donde la cultura. Revistas chilenas como El Peneca y El Okey, además de cómics mexicanos, le permitieron conocer las primeras historias gráficas de CF. En la estación de trenes de Chillan en el invierno de 1957, ve un pequeño libro con una atractiva portada: El camino sin fin, de Clark Carrados (Colección Espacio, editorial Toray, 1956), y la pasión por la CF se desató. Con los años, las inquietudes intelectuales se complejizan, los autores consagrados como Ray Bradbury, Isaac Asimov, Michael Moorcock, Brian Aldiss, y Robert Silverberg, fueron planteando el futuro de la humanidad en distintos modelos de sociedad, logrando con ello respuestas no solo para el ser humano, sino cómo serían las sociedades que se establecerían. Pero no solo la lectura fue el atractivo para conocer el mundo de la CF, sino el atesoramiento de las obras que se publicaban sobre el tema en idioma español, llegando a tener hoy una biblioteca de más de 2.000 textos sobre el tema, donde se destacan las más de 200 obras de escritores chilenos, donde la primera es del año 1826, y muchos de estos textos son ejemplares únicos.