Matadero 5 es uno de los clásicos de la contracultura en la literatura norteamericana. Kurt Vonnegut, un escritor que desafía las categorías y las pertenencias. No es fácil, por lo tanto, embarcarse en un comentario sobre esta obra, por cuanto se carece de los puntos de referencia usuales a los que uno puede recurrir.
Partiré entonces, por el artista. Nacido en 1922 y fallecido en el 2007. Luchó en la segunda guerra mundial, fue tomado prisionero y trasladado a Dresden. Allí sobrevivió al infame bombardeo de Dresden, considerado uno de las peores masacres practicadas por los Aliados en ese conflicto (sin pretender justificar las masacres llevadas a cabo por el Eje).
Pronto, de regreso de la guerra, Vonnegut comenzará a publicar sus primeras novelas y cuentos. Si bien muchos de sus trabajos abordaran temas de ciencia ficción, y serán publicados en revistas de ciencia ficción, a Vonnegut no se le considera estrictamente como un autor del género. Y si bien sus obras son incluidas dentro del canon de la gran literatura norteamericana, rara vez se le menciona al lado de Hemingway, Joyce o F. Scott Fitzgerald. Como señalé antes, un escritor difícil de encasillar en los estantes de cualquier librería.
Y Matadero 5 es sin duda un ejemplo perfecto de la extraordinaria singularidad de Vonnegut. La novela nos describe la vida, desde la infancia hasta la vejez, de Bill Pilgrim. Bill, al igual que Vonnegut, irá a la guerra, será capturado y llevado a Dresden. Luego volverá a Estados Unidos para casarse y hacerse cargo de la fortuna de su suegro. Quedará viudo y envejecerá bajo los cuidados de su hija. Y por supuesto, será raptado por los extraterrestres, exhibido en un zoológico a miles de años luz de distancia y se convertirá en un viajero del tiempo.
¿Está Pilgrim loco o son experiencias genuinas del personaje? A Vonnegut no le interesa aclarar el punto. Es cierto, desde joven Pilgrim muestra un desapego hacia la realidad concreta, incapaz de entender cómo funciona el mundo y de porque la gente hace lo que hace. Eso, sumado a la experiencia traumática de Dresden, podría hacernos dudar de la sanidad mental del personaje. Pero por supuesto, eso no es lo importante.
Detrás de todo esto hay potente discurso implícito y explícito sobre la naturaleza del libre albedrío. Los trafalmadorianos (los extraterrestres) conocen el pasado y el futuro y saben que no puede alterarse. Eso también lo comprende Pilgrim, y, por lo tanto, de manera consciente o inconsciente, siempre aceptará los infortunios del destino con absoluta indiferencia. Muere mucha gente cercana al protagonista en la novela, y lo único que Pilgrim puede decir cada vez que eso pasa es que “así fue no más”.
La novela está copiosamente adornada con extraños personajes, de retorcida moral y llenos de obsesiones. Uno que quisiera nombrar es Kilgore Trout, fracasado escritor de ciencia ficción cuyas novelas nadie lee, excepto por Pilgrim. Como lector uno sospecha que está es la fuente que alimenta sus fantasías, pero de nuevo, eso queda a la imaginación. Se ha dicho que el personaje esta inspirado en su amistad con Theodore Sturgeon, aunque otros sugieren que es una parodia del propio Vonnegut.
Pero, ¿cómo es posible que una narración tan exótica haya llegado a convertirse en un clásico de la literatura? En mi opinión la clave está en la estructura, el estilo y el tono. Son elementos en los que Vonnegut hace gala de una pericia superlativa.
La novela está organizada en escenas que nos trasladan de un tiempo a otro, casi de manera fortuita, para ser testigos de distintos momentos en la vida de Pilgrim. Los ecos que reverberan entre las distintas escenas, atravesando toda la longitud de la novela, es uno de los artefactos mejor logrados en toda la obra. Y el mosaico se va armando poco a poco, pero con una inevitabilidad absoluta. Lo que, por supuesto, es parte del mensaje.
El tono, por otro lado, es casi humorístico. A cada momento es como si algo absurdo y divertido fuera a pasar, en medio de la desolación y la tragedia de la guerra. Ese contraste perturbador, también, es uno de los aspectos mejor logrados por Vonnegut.
Por otro lado, la novela también está llena de símbolos que nos hablan del absurdo de la guerra y de la fragilidad de la existencia. Y podría seguir extendiéndome en innumerables detalles y relaciones que hacen de esta novela una construcción verdaderamente extraordinaria.
Como amante de la ciencia ficción terminar lamentando que, a pesar de haber sido nominado, Vonnegut nunca hubiera sido honrado con el premio Hugo o el Nebula, ni con la distinción de Gran Maestro del género. Si molesta que algunos exponentes de “alta literatura” nieguen que lo que están escribiendo es ciencia ficción (Ishiguro, Atwood, McEwan, etc), nos debiera molestar más cuando un autor como Vonnegut, que no tiene complejos en aceptar lo que es evidente, no es reconocido en todo su mérito por nuestra comunidad.
Para mayor análisis de Matadero 5 y sobre la contingencia de su autor sugiero ir los siguientes enlace y enlace.
Rodrigo Juri es chileno, ingeniero agrónomo, economista y escritor de ciencia ficción. Fue becario de investigación en la Universidad de Sophia, Tokio. Cayó en la ciencia ficción gracias a Star Wars, en 1977. Poco después descubrió la colección de revistas Más Allá, que guardaba su tía, y desde entonces es un fan incondicional. En 1989 participó junto a Luis Saavedra en un fanzine de poca vida, donde publicó su primer cuento, Como Peces en la Red, que con el tiempo también fue publicado en España, Italia y Francia (en esta última en una antología de CF latinoamericana). En el año 2007, participó como miembro del Comité Organizador de la Nippon2007, la Convención Mundial de CF que se realizó en Yokohama. Sus funciones fueron primero como “Fan Table Coordinator” y luego como parte del equipo encargado de la Ceremonia de Premiación. Esta experiencia fue la culminación de sus sueños de infancia. Comparte su vida con su esposa Ximena y su hija Evelyn. Ha publicado en 2019 su primera novela de ciencia ficción, El Último Horizonte de la Noche, y que está disponible en Amazon.
Me gustó el artículo. Y más aún la conclusión.
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